jueves, 2 de noviembre de 2017

El día de Malcolm Lowry



"Dos cordilleras atraviesan la República, casi de norte a sur, formando en medio varios valles y planicies. Ante uno de esos valles, dominado por dos volcanes, se extiende a dos mil metros sobre el nivel del mar la ciudad de Quauhnáuac".


¿Cuántos años hace que me adentré en ese valle?
¿Cuántos años que recorrí esos caminos bajo la lluvia, persiguiendo al cónsul de cantina en cantina para preguntarle por los últimos secretos del mezcal, por los últimos secretos de la escritura, por los últimos secretos -olvidados- del amor desesperado?



2.XI.2017

Sí: dos de noviembre. día de los muertos.

El día de Lowry, el día del volcán, el día del mezcal, el día de la escritura desesperada, de los caminos desconocidos que unen unas cantinas con otras antes del amanecer.

Caminos que Lowry recorre cruzándose con el destino, con las cartas de amor perdidas, con el fantasma de Ivonne que lo mira sin piedad, con las vísceras de un México podrido de magia.

Dos de noviembre. Un día enterrado en palabras que se retuercen entre la desesperación. el día de la escritura, de los fantasmas, de la pócima mágica que recoge a los perdidos y los arroja una y otra vez a las cunetas del camino entre los muertos.

Los muertos son los escritores sin voz.






3 comentarios:

Antonio dijo...

Cuántas veces nos habremos sentado tú y yo bajo ese volcán,
unas veces desesperado e incandescente,
otras, apaciguado por el suave sopor que propicia José Cuervo.
Cuántos cafés tratando de desgranar los días de esa vida
que corroía las vísceras de G. Firmin?
Después de tantos años, sigo estando de acuerdo con García Márquez
cuando dijo que Bajo el volcán era el único libro que no podía dejar de leer
una y otra vez.

Jesús García Blanca dijo...

Gracias por la complicidad.
Y gracias por aquel ejemplar de "Under the Volcano" de Pinguin, que me regalaste hace no sé cuántos años y que nos sirvió para comprobar las tropelías que había cometido el traductor de Lowry.
Recuerdo que durante años hablamos de la posibilidad de hacer una traducción "en condiciones, joe!". Pero no cuajó.
Y no conozco ninguna iniciativa en ese sentido.
Incluso comprobamos una vez que nadie compartía nuestras impresiones o quizá nadie se atreve a cuestionar la traducción...
"Perfectamente borracho" dijo el otro.

Antonio dijo...

"Completamente fantástico".