domingo, 1 de mayo de 2011

Sabato ha muerto


Ayer recibí la noticia de la muerte de Sabato.

De alguna forma era algo que esperaba y temía.
Sabato lleva años desafiando su pesimismo, su tentación autodestructiva, su lado nocturno; todo eso que se ha confundido con debilidad.

Parecía que su vida se acabaría al perder a Matilde, pero es evidente que su espíritu atormentado había encontrado otras razones para resistir.
Y entre ellas quizá ocupaba un lugar fundamental la obligación autoimpuesta de trasladar un mensaje de esperanza a pesar de todo: inmensa paradoja que siempre había dominado su vida y su obra, la de infundir esperanza siendo él mismo un alma a la deriva.


Debo a Sabato la fuerza necesaria para escribir.
Y ahora me enfrento al desafío de estar a la altura de esa responsabilidad.
Hasta siempre, maestro.

1 comentario:

Juan Fernando dijo...

Me impactó leer sus ensayos 'Antes del fin' y 'Resistencia', donde el viejo anarquista se orientaba hacia la espiritualidad sin perder su visión radical de la vida y del mundo.

Se daba cuenta de que los caminos típicamente “seculares” estaban sencillamente agotados...

Un cordial saludo,

JF-Cordura